En Noviembre de 1982 comenzó la séptima serie denominada “La dona” que en sus inicios fue una de las más dramáticas. Consciente de que no es suficiente que se promulguen leyes que favorezcan el uso de la libertad, porque  hay que cumplirlas y eso requiere un  tiempo de adaptación, siguió reivindicando derechos, en este caso los que afectan a la mujer. Grandes y nuevas figuras femeninas de Sibilas, Selenes, Anteas y Geas, Diosas-madre y Magnas-deas, ocuparon el espacio pictórico presentando la desigual batalla sostenida entre la sociedad, reclamando el derecho a la libertad personal, y la disolución de las costumbres, para trascender la situación heredada desde el Neolítico.

Durante otros 10 años se mantuvo esta constante temática contemplada desde distintos ángulos, ninguno de ellos relacionado con el feminismo o con representaciones más o menos folclóricas. Precisamente los aspectos formales, matéricos y estructurales constituyeron uno de los análisis más rigurosos de su obra.

		1984
		Serie La Dona "Tres Gracias"
		100 x 192 cm.
		Tec.mix/lienzo

	1986		1986	1987
	Serie La Dona "Sin título"		Serie La Dona "Sin título"	Serie La Dona "Gea"
	100 x 81 cm.		140 x 130 cm.	162 x 130 cm.
	Tec.mix/lienzo		Tec.mix/lienzo	Tec.mix/lienzo

	1987		1987
	Serie La Dona " Sibila Atlántica"		Detalle de "Sibila Atlántica"
	205 x 162 cm.
	Tec.mix/lienzo

	1987			1990
	Serie La Dona "Gea en acción"			Serie La Dona "Magna Dea"
	162 x 130 cm.			190 x 140 cm.
	Tec.mix/lienzo			Tec.mix/lienzo